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El Ministerio de Trabajo de la República Dominicana ha sometido a la consideración de cualquier interesado un reglamento, muy bonito, que pretende regular las relaciones entre la servidumbre doméstica y sus contratantes.

Donde defender a quien trabaja sigue en agenda

La República Dominicana, por desgracia, es el país donde se inició la utilización de la palabra chopa, para referirse, despectivamente, a las trabajadoras domésticas.

En esa virtud, se le pega todo lo malo que pasa en su lugar de trabajo, aunque quien haya cometido el yerro sea la dama del hogar o su hija quinceañera.

a) La carne estuvo durante todo el fin de semana fuera del refrigerador y se descompuso.

b) El poloché del uniforme del colegio donde asiste la joven de la casa se quemó porque la chopa no usó la plancha a la temperatura que dice una etiqueta de esa marca, en inglés.

c) El mango de caucho de la coladora de café se quemó por colocarla en la estufa con el fuego subido al más alto nivel.

d) Las sartenes de teflón fueron dañadas por el uso de “brillos gruesos” para limpiarlas.

e) Los desagües están obstruidos por los desechos sólidos y grasas echados en los fregaderos.

f) La planta de “lengua se suegra” estaba bella, pero se pudrió porque le echaron demasiado agua.

Esa sacrificada mujer, que cumple con una diversidad de labores, merece una remuneración justa, pero el Ministerio de Trabajo no puede exigir mucho por múltiples razones y la principal de todas es la inestabilidad en el cargo de esas damas por una serie de exigencias no estipuladas ni siquiera en un acuerdo de trabajo escrito y legalizado.

Desde que asume sus funciones, requiere de la clave de Wifi para acceder a su Whatsapp, Facebook, llamadas sin costo, ver algunas telenovelas por internet y el programa Caso Cerrado con la Dra. Polo.

Diariamente juega números de lotería y tiene un intercambio de impresiones, desde que sale el sol, con una prima que vive en Zurich, baila en un night club y piensa que ella puede hacer lo mismo, ya que, su parienta tiene por compañero de vida a un helvético que la mantiene como a una reina.

También, para agradar a la señora de la casa, busca recetas de comidas y postres en YouTube, pero casi siempre deja de usar ciertos ingredientes o los sustituye por algunos semejantes, convirtiendo los materiales utilizados en desechos.

Entonces, como conclusión, la recomendación que se nos ocurre sería, proponer que el Ministro de Trabajo, en coordinación con el de Educación y el presidente de la ADP elaboren un pensum para que, con la creación de un Instituto para la Formación de Empleadas Domésticas, sirva de programa para un Bachillerato en Quehaceres Domésticos y Caso Cerrado.

Por considerarlo como una feliz coincidencia, que encaja como anillo al dedo para que los elefantes, que nunca olvidan, sigan advirtiendo sobre el peligro de la falta de alimentos básicos para la cobertura de la canasta familiar, en esta oportunidad , es muy fortificante que el Diario Libre traiga el tema desde la óptica feraz de Doña Inés Aizpún, al considerarlo como un asunto de Seguridad Nacional.

Aceite de girasol importado desde Turquía, envasado y etiquetado en República Dominicana

Transcribimos: «La idea de que la invasión de Ucrania, la guerra que ha desatado Rusia en Europa, queda lejos es tranquilizadora pero inexacta. En un mundo hiperconectado, las guerras se filtran por las fronteras y los continentes.

Los precios del trigo anuncian hambrunas en África. Los de los combustibles, pobreza energética en el resto del mundo. Los fletes, retrasados y caros, desabastecimiento general en la cadena de suministros. Fábricas de automóviles, de computadoras,  constructoras… han anunciado la paralización obligada de sus procesos por falta de determinadas materias primas o componentes. 

Puede crearse un problema de seguridad nacional sin necesidad de que se dispare un tiro. La seguridad alimentaria es el primer eslabón de la seguridad nacional, tantas veces asociada únicamente a las armas o la delincuencia. 

Por ello, dos temas relacionados a las medidas del Ejecutivo para asegurarla son delicados y  demandan una solución rápida.

El primero, el proyecto de eliminar aranceles por seis meses para evitar la escalada de precios. La propuesta  ha sido contestada por los productores locales que piden proteger la producción nacional. El Congreso tendrá que echar números y debatir a fondo el tema.

El segundo, el fraude al programa Supérate, que apunta a ser un trabajo interno de sofisticada ejecución. (No se clonan 80,000 tarjetas una por una…) No convence la versión (preliminar) oficial de culpar a los dos bancos que manejan las tarjetas del sistema, que ahora se apresta a alcanzar los 300,000 beneficiados. 

Los dos asuntos están dirigidos a garantizar el acceso a la alimentación, que es un tema de seguridad nacional

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Cuando se habla de una primavera para el mundo, se siente, se vive, salta la emoción por un recuerdo imperecedero: La excelente composición musical del inmortal poeta dominicano René del Risco Bermúdez, magistralmente interpretada por quien fuera bautizado popularmente como «El Magistrado», Fernando Casado.

Hoy 20 de marzo de 2022, el hemisferio norte se rodea de un florecimiento especial. Es el inicio de la primavera.

Los amantes de la naturaleza están comprometidos con que en la República Dominicana no falte una iniciativa en pro de que nuestra gente viva en primavera y goce de sus encantos, con salud, alimentación básica asegurada, educación y cultura.

Hemos llegado a un mundo en que como fue profetizado por ese poema «ya no hay sendas que puedan volver atrás, la alegría de un mundo mejor vendrá…vendrá»

Otra vez hay que tocar este tema. Ha ocurrido algo que ha llamado la atención de muchos, especialmente de los productores de alimentos a base de materia prima tanto de producción nacional como importada.

El gobierno dominicano ha propuesto una ley que persigue exonerar de impuestos a sesenta y siete productos, de los cuales, muchos son agrícolas y de ciclo corto, lo cual ha causado preocupación a los productores agropecuarios.

Las ventas de “Combos de Inespre” en supermercados es un privilegio para citadinos y no aparenta tomar en cuenta al resto de la población radicada en poblados, ciudades y campos.

El control del Estado en las ventas de productos de primera necesidad no puede dejarse en manos de algunos comerciantes inescrupulosos que no están dispuestos a sacrificar sus utilidades para ayudar a la población a salir de una crisis semejante a la que afectó a la población en el centenario de la independencia en 1944, que coincidió con la II guerra mundial y una sequía de enorme efecto negativo a la producción agropecuaria.

Hay quienes venden productos agrícolas importados, enlatados y etiquetados en República Dominicana, muchos sin registro industrial o “en trámite”. Esos “ensambladores” abundan y serían quienes mejor se beneficiarían de esa nueva propuesta gubernamental.

Existen otros enlatados de muchas marcas en diferentes establecimientos.

La prensa ha destacado que el diputado del Partido Revolucionario Moderno (PRM) por la provincia La Romana, Eugenio Cedeño, defendió que se le otorguen privilegios a los congresistas al decir que los 190 diputados que conforman la Cámara Baja son príncipes y los “príncipes tienen privilegios”.

Cedeño indicó que los diputados son privilegiados porque fueron escogidos por sus respectivos pueblos para representarlos en un foro nacional (Congreso), al tiempo de señalar que en todas las sociedades los que dirigen los destinos de la nación tienen privilegios y la República Dominicana no es la excepción.

Soñar no cuesta nada

Es muy interesante escuchar a los legisladores dominicanos que se expresan desaforadamente, para uno darse cuenta de la falta de cuidado profesional de unos, desconocimiento de normas sustantivas y adjetivas de otros, cantinfladas carentes de estilo para ser un buen cómico y múltiples cosas más.

La Carta Magna que rige la nación dominicana no ha sido leída por muchos honorables legisladores y por eso, no se han dado cuenta de que en uno de sus articulados se dispone de manera taxativa lo siguiente:

“Artículo 39.- Derecho a la igualdad. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal. En consecuencia:

1) La República condena todo privilegio y situación que tienda a quebrantar la igualdad de las dominicanas y los dominicanos, entre quienes no deben existir otras diferencias que las que resulten de sus talentos o de sus virtudes;
2) Ninguna entidad de la República puede conceder títulos de nobleza ni distinciones hereditarias;
3) El Estado debe promover las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas para prevenir y combatir la discriminación, la marginalidad, la vulnerabilidad y la exclusión;
4) La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Se prohíbe cualquier acto que tenga como objetivo o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos fundamentales de mujeres y hombres. Se promoverán las medidas necesarias para garantizar la erradicación de las desigualdades y la discriminación de género;
5) El Estado debe promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de justicia y en los organismos de control del Estado.

Una de las costumbres de muchas personas simpáticas, prometedoras, hábiles y hasta estrategas políticos es hacer ofrecimientos a simple abrir de boca y después pensar en el problema en que se han metido.

No obstante, la gente le cree y luego empiezan las demoras en el cumplimiento de la oferta. Siempre la respuesta será «eso viene», «estamos en eso», «es un proceso», «ya casi… tengo todo resuelto para empezar» y muchas frases mas, las cuales salen de una bitácora elaborada por un asistente hábil que se compromete a no hacer quedar mal al jefe.

Eso es un estilo de muchos para consuelo de pocos. Es una forma de querer hacerse gracioso, provocar murmuraciones y estar en la palestra.

En otros casos, es una tremenda introducción de las extremidades inferiores sin posibilidad de sacarlas pronto para quedar bien, como rezaba aquella famosa trova de Pototo y Filomeno, que aún es utilizada como modelo por algunos como excusa consoladora.

Lo que muchos dominicanos no asimilan o no se atreven a criticar abiertamente es que un Jefe de Estado en visita oficial a un país más avanzado que el nuestro se atreva a ofrecer espejitos a sus habitantes como lo hicieron los conquistadores de este lado del mundo.

La aplicación de Youtube es una escuela para cualquier ser humano del planeta tierra que desee aprender a elaborar longanizas, sancochos cibaeños, butifarras, chen-chen, sombreros de cana, pasteles en hoja, güiras, tamboras, grayumbas y todas esas piezas típicas que antes se vendían en tiendas de regalos o «giftshop», las cuales, hoy en día venden más pinturas y colecciones de arte haitiano o norteamericano que criollos.

Buzón postal

Ya los turistas no compran tarjetas postales para colocarles un sello de correo y enviarlas a sus familiares y amistades echándolas en un viejo buzón en la zona colonial y con absoluta seguridad de llegaba a su destino. Cada visitante de esta época anda con un teléfono celular de ultima generación para hacer fotos y de inmediato subirlas a una red o enviarlas por correo electrónico.

Si a cada visitante de la República Dominicana procedente de un país o de varios países se les ofrece un curso para aprender a bailar nuestra música, se necesitaría de una infraestructura especial con una estructura tan diversificada y compleja como la de inocular a cada visitante que arriba a un puerto sin tarjeta de vacunas.

Sin ofrecer más detalles, dejamos a la imaginación de quienes lleguen a este párrafo con su lectura, lo que significa aprender a bailar merengue si no es ensayando por un periodo de tiempo que podría superar con creces la estadía del visitante.

En 1942, con la declaración de la Segunda Guerra Mundial, anunciada por varias potencias, se impide la entrada a República Dominicana de un sinnúmero de mercancías, entre ellas, alimentos de uso cotidiano y muchas otras que servían de materia prima para ciertas industrias, por lo que el país se vio aislado, a causa de las acciones bélicas de las naciones en conflicto.

En 1944, ocurrió una gran sequía que causó la mas terrible hambruna de todos los tiempos, llamada: “crisis centenaria’’, al coincidir ésta con el primer centenario de la independencia.

Para junio de 1942, el gobierno había promulgado la Ley No. 16, que crea Comedores Económicos del Estado y el 17 de julio de 1944 emite el decreto 2052 que los regula, para que funcionen en esquinas cercanas a los locales del Partido Dominicano, o en el propio partido, para ofrecer a la población pan, leche y otros comestibles.

Los campesinos que no tenían a su alcance las facilidades de los comedores económicos comían “caquito de maíz”, una variante muy rudimentaria de lo que hoy en día se conoce como «chenchén».

En lenguaje coloquial, surgió un refrán de esos que salen espontáneamente del humor criollo para disipar las crisis: “Caquito por la mañana, caquito al mediodía y si Dios no mete su mano, caquito tres veces al día.”

Maíz en mazorca

La situación de hoy en día es semejante a la del periodo 1942-1945 como consecuencia de la invasión rusa a Ukrania y su secuela de alteraciones al comportamiento de la economía mundial, dominada por los grandes emporios que tienen la capacidad para decidir lo que más les convenga en términos de explotación de las riquezas del planeta.

La personalidad de la generación prevaleciente está manipulada por McDonald, KFC, Wendy´s y ni hablar de Cocacola, Pepsicola y otras sustancias de incalculables efectos dañinos para la salud.

La alimentación de los dominicanos está dependiendo en más de un 50% de «pollos gringos», criados en granja para hacerlos «aptos para consumo humano» en 45 días, a base de hormonas de crecimiento e insumos que se elaboran con residuos de maíz importado, soya importada, etcétera.

Hay que aprender a sembrar y consumir lo que la tierra produce e ir poniendo freno al consumismo dirigido o nunca habrá paz y así no pueden seguir las cosas.

Si la pandemia por el Covid19 ha obligado a la población a quedarse en casa, ahora es necesario dar continuidad al recogimiento para no gastar más de lo absolutamente necesario en combustible, transporte y muchos gastos superfluos a los cuales han acostumbrado a los dominicanos.

La idea de la inmunidad de rebaño consiste en que, cuando mucha gente es inmune a una enfermedad contagiosa, generalmente a través de vacunarse contra esa enfermedad, es más difícil que esa infección se contagie en el seno de una comunidad.

En República Dominicana será muy difícil lograrla por no decir imposible, porque no hay forma de medir el porcentaje de los inmunes al COVID19.

Ahora existe un excedente de inventario de vacunas a punto de vencer y le están echando la culpa a quienes no han ido a vacunarse.

La tolerancia no puede llegar tan lejos en casos como estos. No se debe soñar. La gente no se adherirá de forma gregaria a un objetivo donde existen muchas opiniones encontradas, principalmente por cuestiones de tipo religioso o falta de gestión por parte de las autoridades sanitarias.

Lo mejor sería imponer la obligatoriedad de la vacuna con una fecha límite, sin dejar de investigar la posibilidad de que se hicieran compras excesivas sin tomar en cuenta cuestiones tales como vencimiento, almacenaje y tiempo de agotamiento por cantidad de inoculados.