En el año 2012, la “fuerza del voto de los dominicanos” decidió que el señor Danilo Medina Sánchez conquistara el poder, al obtener una pírrica victoria electoral contra el entonces candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía Dominguez.

El 51.21% de los votos válidamente emitidos favoreció al candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el 46.95% al del PRD.

Al momento de producirse la celebración de las elecciones de 2012 estaba en pleno apogeo una rivalidad, insalvable hasta hoy en día, entre Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, la cual, incidió mucho en el resultado electoral.

Entidades de la sociedad civil y los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) manifestaron que en el proceso se produjeron actos de compra masivas de cédulas por parte de ambos partidos y posteriormente, luego de haber admitido su derrota, Hipólito Mejía expuso ante la OEA, “que se habían violado las normas de la democracia”.

Desde esa época, la presidencia de la República Dominicana ha estado en manos de Danilo Medina y a pesar de que el liderazgo de la oposición recaería sobre el PRD, ha resultado ser, que con el surgimiento del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y quedar en PRD bajo la presidencia de Vargas Maldonado, ha quedado demostrado su apoyo irrestricto a la política de Danilo Medina, lo que le ha permitido tener el control de varias dependencias estatales, entre ellas, el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Por otro lado, el ex presidente Hipólito Mejía ha demostrado ser un amigo incondicional de Danilo Medina a quien defiende y hasta expresó simpatías por su reelección.

Los últimos ocho años han sido una enorme carga de múltiples escándalos que han saturado la conciencia nacional.

En su mayoría, han sido provocados por actuaciones atribuidas a familiares, amigos y allegados al presidente Medina, así como al propio mandatario, aunque, hasta el momento, no se han aportado pruebas al respecto.

Luego de denodados esfuerzos para buscar una segunda reelección y encontrase con una gran oposición, aun dentro de su propia parcela, el presidente Medina tomó la decisión de apoyar un candidato amateur, ingenuo, sin formación política, sin poder de empuje, aún teniendo otras opciones en su partido, lo que provocó el surgimiento de la Fuerza del Pueblo bajo el liderazgo de Leonel Fernandez Reyna.

La historia es bien reciente y es conocida por todos.

El candidato del PLD hizo un papelazo que tuvo un alto costo y no ha sacado la cara desde que se conocieron los resultados oficiales de las elecciones, quedando Leonel Fernández como el auténtico líder de la oposición, ya que, es de suponerse que Danilo Medina jamás hará una aparición pública después del DESAHOGO DE NEYBA, donde dijo muchas verdades que pueden ser visualmente comprobadas, pero no resisten ningún tipo de análisis cualitativo.

Ya se sabe que en un acto de descortesía sin precedentes y sin disimulo, el mandatario no estará presente en los actos de la Asamblea Nacional del 16 de agosto de 2020, utilizando como excusa un alegato muy baladí.

Sin embargo, hoy hemos visto con gran sorpresa, una convocatoria oficial que hace el presidente de la Asamblea Nacional, que da a entender, que el Dr. Reinaldo Pared, presidirá el acto con su presencia física en el congreso, no obstante su bien conocida incapacidad por estar padeciendo de una enfermedad por la cual, ha estado en licencia para fines de tratamiento médico en el extranjero.

Querer es poder..!

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