La prensa dominicana del día 18 de junio de 2020, a diecisiete días de unas elecciones presidenciales, trae un paquete de cosas tan sorprendentes que si las conjugamos sale una “busumba con sambulemba” con olor al humo de Duquesa o el de las “pistolitas de mito” en la mañana del día de los Reyes Magos.

Los señores candidatos del gobierno que integran el dueto Penco&Margot, están anunciando un espectáculo descomunal que necesitaría de una enorme suma de dinero para usarlo en pasajes gratuitos para estudiantes universitarios y de carreras técnicas, conversión de liceos en politécnicos, pasantías pagadas por el Estado para jóvenes en empresas privadas, apoyo al capital para negocios que sean concebidos por emprendedores, bono digital para “tener acceso a internet como un derecho de todos”(sic) y garantizar apoyo social y económico a los jóvenes durante el desempleo, incluyendo capacitación para la reinserción laboral.

En esa misma fecha, el gobierno que apoya a esos afortunados candidatos es cauto al decir que la economía dominicana tendrá cero crecimiento en el presente año, que la depreciación de la moneda dominicana será de un 11.2% y que la tasa de cambio promedio del año sería de DOP57.05 por USD1.00.

Simultáneamente, se anuncia que la Cámara de Diputados habrá de iniciar los trabajos para conocer un presupuesto complementario sometido por el Poder Ejecutivo, a instancias del Ministerio de Hacienda, el cual ya fue aprobado por el Senado en dos lecturas consecutivas, pero que en apreciación de ciertos expertos como Ernesto Selman, no debe ser aprobado por carecer de transparencia y por tanto, generaría dudas en un momento político electoral como el actual.

Con gran desconcierto se especula que la única fuente de ingreso primaria para ese complemento será el endeudamiento.

Al tratarse de un presupuesto que no ha llegado al sexto mes de ejecución, que teóricamente debiera ser un 50%, si el monto del complemento asciende a la asombrosa cifra de 150,000 millones, deja mucho que desear.

El otro ingrediente es el más amargo de todos. Las cifras del COVID19 ofrecidas por el Ministerio de Salud hasta ahora no son fiables.

El propio ministro y vocero oficial ha dicho que hay centros hospitalarios públicos y privados que tienen retrasos de hasta tres meses en reportar muchos contagios y defunciones, por lo que, las estadísticas están subvaluadas.

Eso es gravemente nocivo y podría arruinar los planes para poder combatir con mayor eficiencia a ese maldito virus que azota al mundo.

Ojalá no sea así, pero cualquier “mal pensao” pudiera creer que están calculando un método para confundir a la población.

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