Según lo que se sabe hasta ahora, las estadísticas sobre la tasa de letalidad provocada por el Covid19, traen un mensaje muy negativo para las personas que sobrepasan la edad de 60 años, lo cual, es una invitación a un retorno a la adolescencia cuando era necesario cumplir con un estricto protocolo para poder salir de la casa paterna.

Los que llevaron una vida organizada de acuerdo a la tradición heredada desde tiempos inmemoriales, saben que, a partir de ahora, la cautela se impondrá para todo, como cuando nos decían:
-No te bañes con agua fría.
-No cojas sereno
-No entres a la iglesia sin mantilla.
-No veas películas “no aptas para menores”
-No vayas a la escuela con las uñas sucias.
-No salgas descalzo a la calle.
-No te pintes los labios; todavía tú eres una “bicha vieja”.
Toda una retahíla de consejos, normas, sistemas, etc. que no deben olvidarse y que hoy retornan con un nombre que empezó a usarse a finales del mes de marzo próximo pasado y que el presidente Medina “santiguó” en su mensaje al mundo, pronunciado la noche del 17 de mayo de 2020: La “covidianidad”.
Para convivir con un virus es necesario que se imponga una disciplina rígida, ordenada, supervisada donde exista reciprocidad de supervisión como si fuera un “santo y seña” en un ambiente de resistencia.
La forma escalonada de volver a permitir que todos los negocios hagan sus operaciones comerciales es acertada. Es un patrón internacional, pero en algunos países, se ha ido de la mano y la indisciplina ha traído consigo nuevos contagios del maldito COVID19.
Lo que no se comprende muy bien es el programa “Pa’ tí”. Por eso, los elefantes esperarán a que madure un poco más esa manzana, ya que, por el momento luce como si fuera un financiamiento gratuito al sector bancario.
Para muchos, nada ha cambiado. Los “mayorcitos” deberán seguir en recogimiento, como sentenciara un seguidor de los elefantes.