La gente que gusta del buen humor ha aprovechado la cuarentena obligada por el Covid19 para colgar en las redes, algunas ocurrencias de autores desconocidos y así entretener a los demás con cuestiones como éstas:
_¿Por qué Tarzán estaba siempre afeitado?
_¿Por qué los Picapiedras festejaban Navidad, si vivían en una época pre-cristiana?
_¿Si las mujeres dicen que los hombres son todos iguales, por qué se preocupan tanto por elegir?
_¿Por qué las mujeres abren la boca cuando se maquillan los ojos?
_¿Cómo se escribe el cero en números romanos?
_Cuando inventaron el reloj, ¿como sabían que hora era, para poder calibrarlo?
_¿Por qué hay gente que despierta a otros para preguntar si estaban durmiendo?
_¿Cómo puedo saber cuántas vidas le quedan a mi gato?
Estas preguntas no tienen respuestas. Se parecen mucho a las que se hacen todos los dominicanos sobre el peregrinaje del señor Mildomio Adames, quien con una cruz a cuestas, recorrió calles de la novia del Atlántico en un supuesto acto de fe que viola flagrantemente las medidas dispuestas en virtud del plan de emergencia nacional.

-¿Quien ha patrocinado semejante desastre?
-¿Quien lo autorizó?
– ¿Cómo se coordinó semejante acción?
-¿Si también en Imbert hubo una marcha semejante, habrá juicio político contra los alcaldes de las dos ciudades que cayeron en la trampa de dar soporte logístico?
-¿Se harán públicos todos los resultados que se deriven de las acciones emprendidas por la Comisión de Alto Nivel para el manejo del Covid19, caiga quien caiga?
-¿Permitirán que el peregrino continúe hacia los destinos programados?
Parodiando a Pablo, los elefantes piensan que “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos”, pero la voluntad política, no se refleja como ayer.