Hace apenas unas horas, un caballero que guarda cuarentena para cuidarse del contagio de la pandemia COVID19, relató a los elefantes lo difícil que fue para él, tener que ir a un supermercado a comprar algunas cosas que necesitaba en su casa con cierta urgencia.

Desde bañarse, vestirse, colocarse un nasobuco, guantes y una cubierta para su cabeza; luego montarse en su vehículo y salir hacia el establecimiento donde pudo lograr encontrar un espacio libre en el estacionamiento, después de tres recorridos por toda el área del aparcadero y luego de escoger lo que necesitaba, hacer el pago, salir con dificultad del lugar donde estaba estacionado su vehículo, para más tarde llegar a casa y despojarse de su vestimenta, desinfectarla y desinfectar también los productos adquiridos es un desperdicio de tiempo enorme, para luego reintegrarse al equipo familiar a la misma rutina de la confinación obligada.

-Me puse a pensar en algunas alternativas para evitar la pérdida de más de dos o tres horas en una gestión tan sencilla como comprar dos litros de leche, un paquete de café molido, una barra de pan integral rebanado y un jugo de naranjas.

– Una de ellas me trajo a la memoria la metamorfosis que sufrieron, con el paso del tiempo, ciertos negocios que se convirtieron poco a poco en establecimientos más complejos. Las farmacias, por tan solo poner un ejemplo, solamente vendían medicinas y artículos vinculados con esa rama del comercio. Hoy en día hacen negocios múltiples, tales como, venta de regalos, artículos ferreteros, cobros de servicios de agua, energía eléctrica, comunicaciones, agentes bancarios, bancas de lotería, heladerías y múltiples cosas más.

Es posible que pronto se salga de casa, se pase por una estación para echar combustibles y allí se encuentre la leche que se necesita, jugos, café, pan y chocolate sin tener que continuar en camino hacia otro establecimiento en busca de contagios y alargar considerablemente el tiempo bajo ese riesgo.

También es posible imaginarse pasar por un “pick up” de Wendys, McDonald, Burguer King o KFC y poder ordenar un par de pedazos de plátanos criollos convertidos en mangú con dos huevos sancochados o fritos y dos tajadas de aguacate, una sopa de pollo o un servicio de callos a la madrileña.

¡Todo elaborado con productos netamente dominicanos para incentivar a nuestros hombres y mujeres del campo que sudan la gota gorda para cultivar la tierra que se encuentra en el mismo trayecto del sol!

¿Porqué no?

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