En República Dominicana no es casual que ocurran eventos como el acontecido en Las Lagunas, municipio de Moca, Provincia Espaillat, con un gran lote de la producción avícola de esa zona que fue atacado por una enfermedad denominada Newcastle.
Lo inexplicable de este caso es, que una enfermedad tan conocida como la Newcastle, la cual, todos los productores avícolas y los campesinos de todas partes del país la denominan «dandí», haya diezmado toda la producción de gallinas por falta de vacunación y cumplimiento cabal del protocolo que garantiza la salud animal.
El «dandi» es endémico en República Dominicana y la vacunación se impone como parte del programa de crianza y alimentación de los animales. Tan común es el «dandí», que una antigua tradición campesina recomienda «evitar su contagio a base de un letrero de color azul, con la inscripción «por aquí pasó el dandi» que se coloca en la puerta del criadero».
Una tradición sustentada en la ignorancia, pero que demuestra que la enfermedad es bien conocida por todos.
También es inexplicable que no existan controles eficaces de supervisión para la utilización de ese protocolo por parte de alguien del Ministerio de Salud Pública, Industria y Comercio,Agricultura, así como de los bancos que otorgan créditos a los productores. No hay control para nada y todo anda a la «bolanyé».
El ministro de Agricultura, quien luce ser un hombre ecuánime, dijo en principio que hubo negligencia, pero hoy en día ha declarado que el ministerio dará su apoyo a los avicultores. Eso no es mas que un premio a la negligencia con repercusiones en otros sectores de la producción animal tales como ganado vacuno, porcino, caprino, etc.
De todos modos, las cosas que ocurren en nuestra amada Quisqueya con la producción de alimentos son tan inverosímiles que si usted se imagina o decide visitar los mataderos municipales, puestos de venta de pollos sacrificados mediante un golpe contundente en el costillar y lanzados en un recipiente con agua caliente para luego desplumarlos y venderlos en porciones a la demanda, es algo para santiguarse muchas veces antes de comerlo.